Parashah Vaigash

Luego de que Biniamín fuera acusado de robar la copa de Iósef, Iahudah se acerca a Iósef para pedirle que lo tome a él como siervo y que deje ir al joven, a fin de evitarle la pena a su padre, a quien le ha prometido que Biniamín regresará junto con sus hermanos.

Sucedido esto, Iósef no puede contenerse y pide que salgan todos los que estaban en la habitación. Ya solo con sus hermanos, Iósef se revela a ellos y les da a conocer su identidad. Faroh se entera que los hermanos de Iósef están en Mitzráim, y Iósef les dice que vayan a buscar a su padre y a todos los de su casa y se instalen cerca de él, en Mitzráim, que allí nada les va a faltar.

Los hermanos llegan y le cuentan todo a su padre, quien decide ir a ver a Iósef. Durante el viaje a Mitzráim, יהוה se le aparece a Iaákov y le dice que no tema descender a esa tierra, pues estará con él y lo hará volver. Iaákov parte a Mitzráim con las almas que descendieron de sus lomos, un total de 70 almas.

Iósef recibe a su padre y sus hermanos en Mitzráim y les pide que una vez se presenten delante de Faroh, ellos digan que son pastores de ovejas, ya que los Mitzráim abominan tal oficio. Cuando Iósef con su padre y 5 hermanos llegan a donde está Faroh, los hermanos hacen lo que les había dicho, entonces, Faroh les da la tierra de Goshén y Iaákov bendice a Faroh.

El hambre se extendió por Mitzráim y Kjenaán y Iósef vendía el pan, por lo que logró dinero, animales y toda la tierra de Mitzráim para Faroh. Los israelitas vivieron en Goshén; y se posesionaron en ella, y se aumentaron, y multiplicaron en gran manera.